jueves, mayo 03, 2007

Ir en autobús... (I)

¿Sabéis? Muchas veces he pensado en comprarme un coche… Nada del otro mundo, uno chiquitito… lo básico, para poder ir de un sitio a otro… Vamos, uno con cuatro ruedas, carrocería, motor, espejitos… y todas esas cosas que suelen tener los coches….
Lo que pasa es que cada vez que me monto en el autobús para ir a currar me doy cuenta de todo lo que me perdería si me lo comprara…
En primer lugar, saludar al conductor del autobús… toda una aventura. Porque claro, tú no sabes (a menos que le conozcas ya de un tiempo) si el señor conductor es simpático o no… y por tanto… ¡ni siquiera sabes si te va a devolver el saludo! Puedes hacer apuestas contigo mismo… “Apuesto un gallifante a que éste me saluda y sonríe”. “Veinte gallifantes a que éste me gruñe”… Porque además, puede ocurrir que, a pesar de que el señor conductor parezca un tío simpático… tenga un mal día… Seamos sinceros, todos tenemos malos días… (sí… tú también…) y siempre lo pagan los demás… que para algo están, ¿no?.
Una vez superado el saludo al señor conductor, viene el apasionante momento de validar el abono transportes… Dios, qué momento… También con un amplio abanico de posibilidades… Dejando a un lado la opción de que el abono se valide correctamente (ocurrente únicamente la minoría de las veces), centrémonos en los casos interesantes… Por ejemplo: ¿qué me decís de esos días en que uno llega todo convencido, mete el ticket en la maquinita y sólo cuando pone “Billete no válido” es cuando se da cuenta de que ha cambiado de mes?... Hilarante… “Ay, ¿que ya es mayo?” “Sí… desde hoy mismo”… “Ay, que no me he dado cuenta… Espere, espere, que saco dinero…” Y ahí es cuando te das cuenta de toda la gente que hay detrás de ti… y que no tienes suelto… y que empieza a llover… y que la gente se empieza a poner nerviosa… “¿Tiene cambio de 10?” “¿No tiene nada suelto?” “Esto… no…” Y ves como le cambia la cara al conductor del autobús que hace un gesto de fastidio… “Pues no le puedo devolver los 2cts que le sobran…” “Déjelo, no hay problema”… Y recoges como puedes el ticket que te da impaciente el señor conductor (que ya no parece tan simpático) te lo guardas en el bolsillo del pantalón y tiras para dentro del autobús…antes de que la gente que estaba esperando te linche… Y aún hay más posibilidades… Porque, ¿qué me decís de esas veces en las que sabes a ciencia cierta que el abono está estropeado y va a dar error en la máquina? Pero tú lo metes, por si acaso…oye, que si cuela, cuela… ¡como si la máquina fuera tonta! Y cuando ves que no, incluso pones cara de sorpresa… “Pues ayer me funcionaba perfectamente”… Y te vuelves para atrás, y le enseñas todo ufano el abono al señor conductor… que hace un gesto con la cabeza (impaciente, por supuesto) para que sigas andando y te dejes de milongas, que sabes perfectamente que no te iba a funcionar y ya vuelves a formar cola…
Y esto, sólo, para subir al autobús… porque una vez dentro… ¡la aventura continúa! … Aunque eso os lo cuento ya otro día… que de tanta aventura una llega agotada a casa y también hay que descansar...
¡!Buenas noches a todos!!